Un estado extremo de melancolía
instaló una angustia
insoportable en mi pecho
insoportable en mi pecho
convirtiendose en una constante guerra,
por querer cambiar
por querer cambiar
mi propio destino.
Juegue muy al límite de la cobardía, pero logré
juntar valentía
para soltar gritos de ayuda en silencio,
que junto a mis
que junto a mis
lágrimas se desvanecieron,
al compás de los minutos muertos
aquella trágica noche tan fría.
Corrí sin sentido en la oscuridad
no había luz al final del camino
no había rostros
ni sonidos conocidos
Un gran suspiro anticipo que
se acercaba el final,
y aparecio la fuerza cuando
pense que no la tenia.
Abrí los ojos y sostenias mi mano
tus lágrimas estremecieron
mi cuerpo
Perdí una batalla, perdí dos días
pero hoy digo que gané...
porque gané LA VIDA.
GIS.-
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